Buenos Aires , 12 de mayo de 2020. Esta tarde, la empresa estadounidense Gilead firmó licencias voluntarias no exclusivas con cinco fabricantes de medicamentos genéricos de India y Pakistán, con el supuesto objetivo de “ampliar la disponibilidad de remdesivir”, el medicamento en ensayo clínico que se promueve como el “más promisorio” para tratar el COVID-19, aunque en las últimas semanas se han filtrado resultados de estudios concluidos al momento, que demuestran que la efectividad de remdesivir es muy baja.

La firma de estas licencias voluntarias apunta a la producción de versiones genéricas del fármaco y que se posibilite el acceso a este medicamento en 127 países del mundo. Pero lo cierto es que se trata de una maniobra abusiva: la empresa pretende dominar el mercado mundial cediendo voluntariamente su tecnología a sólo 5 productores en el mundo e imponiendo un ámbito geográfico de cobertura que excluye a los países que más estarían necesitando el medicamento. 

Argentina ni ningún otro país de América del Sur están incluidos como beneficiarios de la licencia voluntaria. Brasil, Perú, Chile, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Colombia o Venezuela no están en la lista de los 127 países que eligió Gilead, pese a que los sistemas de salud públicos latinoamericanos están en crisis y cada día crece significativamente la cantidad de personas afectadas y/o fallecidas a causa de este nuevo virus.

Gilead lanza esta campaña comercial sobre remdesivir y firma licencias voluntarias para condenar a lxs argentinxs a pagar precios exorbitantes por remdesivir, tal como lo intentó hacer con sofosbuvir”, dijo José María Di Bello, Presidente de Fundación GEP.

En Argentina la empresa obtuvo una patente en el año 2017 y todavía cuenta con al menos 5 solicitudes de patentes presentadas en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) que se encuentran pendientes de resolución.

La única posibilidad que le queda a Argentina, como al resto de los países latinoamericanos excluidos del ámbito geográfico de la licencia, para asegurar un precio asequible para esta droga es la emisión de licencias obligatorias que autoricen la producción local o la importación de versiones genéricas de remdesivir”, sostuvo Lorena Di Giano, Directora Ejecutiva de Fundación GEP.

Este proceder de Gilead pone evidencia su intención de hacer uso de los derechos exclusivos que ha obtenido sobre remdesivir en varios países del mundo, claramente aquellos que están excluidos de la licencia. De esta manera Gilead desafía a la sociedad civil y da respuesta a la carta que recibió de este sector el 30 de marzo exigiendo que renuncie a reclamar derechos sobre remdesivir en los más de 70 países donde tiene patentes sobre este medicamento.

Esta estrategia de Gilead, totalmente similar a la que aplicó para sofosbuvir (para Hepatitis C) hace unos años, nos hace reflexionar sobre lo poco efectivos que son los mecanismos voluntarios y perder las esperanzas ante la propuesta que hizo el Presidente de Costa Rica para la creación de un pooling de tecnologías para COVID-19 por parte de la OMS, iniciativa que contó con amplio apoyo de organizaciones de distintos países. Nos preguntamos: ¿estas son las empresas que se espera que cedan sus derechos y tecnologías para ser usados por todos aquellos que lo necesiten sin importar donde viven?”, agregó Di Giano.

Las licencias voluntarias son una estrategia de las corporaciones farmacéuticas multinacionales para esconder, con supuestos fines altruistas, la avaricia mercantilista y de dominación del mercado con la que intentan apropiarse de nuestro derecho a la salud. Debemos liberar a las tecnologías médicas del perverso sistema de patentes.finalizó Di Bello. 

Los medicamentos son bienes sociales no mercancías.

 

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