BUENOS AIRES, 14 de Febrero de 2017  – La Fundación GEP y I-MAK presentaron ayer un llamado de atención para que el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) rechace la patente solicitada por la multinacional farmacéutica Gilead sobre el compuesto base de sofosbuvir, medicamento que representa la cura para la hepatitis C. La acción es un gran paso para defender la Salud Pública y asegurar el acceso al tratamiento para las 800.000 personas que viven con la enfermedad en Argentina. Gilead busca patentar ilegítimamente el medicamento para de esta manera beneficiarse con un monopolio sobre su comercialización que le permite imponer precios extorsivos y bloquear la existencia de versiones genéricas mucho más asequibles. Debido a que el pago de precios exorbitantes ha sido un factor decisivo en los faltantes de insumos y medicamentos para el tratamiento del VIH y de la tuberculosis durante 2016, la oposición presentada contó con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil con trabajo en defensa de la salud como la RedAr Positiva, Soberanía Sanitaria, RedLAM, RedTraSex, Federación CREFOR  y Asociación Civil Nockanchis.

La crisis de Salud Pública que representa la hepatitis C en Argentina hace imperativo el acceso por parte de personas infectadas a los tratamientos más nuevos y efectivos. El sofosbuvir combinado con otras terapias tiene el potencial de curar a más del 95% de los pacientes, pero es tanto o más conocido por su exorbitante precio de mercado (U$S 84.000 en Estados Unidos, donde ha sido llamado “La pastilla de los mil dólares”) a pesar de que un reciente estudio de la Universidad de Liverpool ha demostrado que el sofosbuvir podría ser producido por 86 dólares.

Foto: José Luis Schanzenbach

Gilead está buscando en el mundo varias patentes sobre sofosbuvir, que según nuestro análisis técnico no cumplen con los requisitos legales de patentabilidad. Esta es la razón por la cual nosotros, las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil estamos presentando oposiciones hoy: como una manera de contribuir con el examen que corresponde hacer a la Oficina de Patentes (INPI), proporcionando argumentos y pruebas que demuestran que las solicitudes de patente de Gilead no cumplen con los requisitos legales, así como pidiendo el rechazo de las solicitudes de patente sobre sofosbuvir. Gilead bloquea a millones de personas en países de ingresos altos y medios del acceso los nuevos tratamientos que curan la hepatitis C, lo que termina costando sus vidas. Al buscar los monopolios de patentes en Argentina, la compañía está tratando de controlar el mercado nacional, que actualmente tiene dos productores locales que han entrado recientemente en el mercado ofreciendo versiones genéricas de este medicamento hasta cuatro veces más baratas. Si se otorgara la patente de sofosbuvir en Argentina, los productores locales se verán obligados a abandonar el mercado» expresó Lorena Di Giano, Directora Ejecutiva de GEP. Por su parte el Presidente de GEP, Pablo García, afirmó que “El tratamiento con sofosbuvir salvó mi vida al curarme de una hepatitis C con la que viví 13 años. Sin embargo tuve que adquirir el tratamiento en el año 2015 en India, con gran esfuerzo y complicaciones, dado que allí el medicamento es mucho más barato. Trabajamos para que todos en Argentina puedan acceder sin obstáculos al alivio que representa la cura”.

El Estado argentino realizó su primera compra de sofosbuvir a fines de 2015. Como figura en el Boletín Oficial del día 5 de enero de 2016, la compra consistió en la adquisición de 52.416 unidades a $51.105.600 a Gador (concesionaria de Gilead, a un precio por unidad de $975) y de 89.600 unidades a $20.966.400 a Richmond (laboratorio nacional que fabricó produjo y vendió la versión genérica a un precio por unidad de $234). Los precios de adquisición a uno y otro oferente demuestran que alternativas como la producción nacional, la oferta de genéricos y la ausencia de monopolios ilegítimos son necesarias para que el Estado cumpla con el rol de garantizar la salud de todas las personas que viven con VHC en nuestro país.

Foto: José Luis Schanzenbach

La GEP ha presentado oposiciones previas vinculadas a solicitudes de patente sobre sofosbuvir en nuestro país en 2015 y 2016, detallando los abusos de Gilead sobre las leyes de patentes argentinas. Si bien las solicitudes se encuentran pendientes de resolución por parte del INPI, las oposiciones prueban que el medicamento fue desarrollado utilizando información publicada anteriormente y se basa en un compuesto químico ya existente, por lo que no es pasible de ser patentado. Sin la patente, la entrada de versiones genéricas al mercado por un costo significativamente menor ofrece la posibilidad de ampliar la cantidad de personas en tratamiento sin comprometer a los programas públicos o privados de provisión de medicamentos.

Acceder al sofosbuvir fuera del monopolio de Gilead es vital para garantizar el tratamiento para las personas con Hepatitis C en Argentina. Los medicamentos son un bien social que garantiza el derecho humano a la salud, no una mercancía.